martes



LAS DOS LÍNEAS DE LA VIDA



Es algo indudable que lo más importante que existe en la vida es precisamente nuestra forma de vivirla. De ello depende lo que somos. Nuestro avance, en cualquier nivel, depende de cómo vivimos.
Algunos autores hablan de las dos líneas de la vida. Son dos caminos que podemos seguir. Uno se representa con una línea horizontal, el otro con una vertical. Ambos son interiores y no aluden a vivir unas circunstancias u otras diferentes, a vivir en la ciudad o en el campo, a formar una familia o retirarse a un monasterio, a ser una persona de éxito o un fracasado. Estas dos líneas nos hablan de algo distinto. Nos muestran dos formas de vivir, quizás lo mismo, pero que sin duda, vivido de forma diferente se transforma, se metamorfosea.
La línea horizontal es la más transitada. En ella se encuentran aquellos que experimentan las circunstancias de su vida y a sí mismos desde una postura materialista que algunos llaman "realista". Solamente existe en esta senda aquello perceptible para los sentidos, aquello susceptible de producir dolor o placer. Es la línea del tiempo lineal en la que todo se vive hacia adelante y sin retorno. Su característica más notable es que siempre se vive en función de algo externo, que puede estar situado en el pasado (a la izquierda de la línea) o en el futuro (a la derecha de la línea).
A veces, algunas personas salen de este camino horizontal y comienzan una búsqueda de otro tipo, se introducen en caminos que sin llegar a la vertical se separan de la pura horizontalidad iniciando una búsqueda en algún camino alternativo, puede ser yoga, meditación, u otros muchos. A pesar de ello, aún siguen viviendo en el camino horizontal. Pero se han convertido en buscadores. Intuyen que la vida debe tener un sentido diferente, que debe haber algo más que lo que sus sentidos y su mente les dicen.
El ingreso en la vertical se produce cuando la persona deja de buscar fuera y empieza a indagar dentro. Cuando se hace consciente de que todo, absolutamente todo, se encuentra en su interior y es precisamente allí donde debe buscar. Entonces empieza a vivir de forma distinta porque su visión se va modificando y ampliando a medida que explora su camino vertical. Entra en acción el principio consciente que le hace comprender su vida y todo lo que le rodea de un modo diferente y trascendente.

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